domingo, 2 de mayo de 2010

Se inicia una doble batalla...la meta está clara


Días como hoy, es cuando me siento orgullosa de saber que creo en la democracia, que aprendí a amar a mi Patria y que en buena medida lo internalicé a través de sentidas expresiones de democracia y patriotismo plasmadas de manera magistral en el Himno del Glorioso Partido del Pueblo, Acción Democrática. Les dejo el video y su letra y los invito a leerla y a escucharlo.


Este es el link donde podrán escuchar el Himno de Acción Democrática

Esta es la letra del Himno de AD



CORO

Adelante! a luchar milicianos!
A la voz de la revolución
Libre y nuestra la patria en las manos
De su pueblo, por fuerza y razón.
Sin señor, sin baldón, sin tiranos
Con la paz, con la ley, con la acción.
Marinera de entrañas selváticas
Llano y monte, el leal corazón
Venezuela en Acción Democrática
Quiere ser Democracia en Acción

ESTROFA DE LOS TRABAJADORES

Para el hombre y mujer del partido
Cuatro formas no mas tiene el pan
Pan y escuela, su luz, pan y techo,
Pan y tierra, su amor, tierra y mar.
Y una forma de hacerlo: Trabajo…!
Y una forma de darlo: Igualdad…!
Y una voz de pedirlo: Justicia…!
Y una forma en la voz: Libertad…!
CORO

Adelante! a luchar milicianos!

ESTROFA DE LAS MUJERES

La mujer del Partido del pueblo
Quiere frutos tener de su amor,
Pero libres, por fin, como el aire,
Luminosos, por fin, como el sol
Venezuela inmortal, tus mujeres
De tus hombres, al par van a ti,
Con la cuna, el arado o la venda,
Con la pluma, el pañal y el fusil.

CORO

Adelante! a luchar milicianos!

ESTROFA DE LA UNIDAD

Campesino, minero, estudiante
Comerciante, soldado, industrial
Jornalero, maestro, marino,
Tu partido por fin triunfará.
Para todos será la bandera
De la acción militar y civil
Que te puso el 18 de octubre
Con tú 5 de julio y tu abril

CORO

Adelante! a luchar milicianos!

ESTROFA DE LOS NIÑOS

Madre, madre de amor Patria, Patria
De tus niños escucha la voz,
Tu mañana, tu paz, tu alegría,
La grandeza, tu fe, tu esplendor.
Nuestro puesto de lucha en las filas
El partido nos ha de guardar
Donde caiga a su vez cada padre
Cada hijo el lugar llenará.

CORO
Adelante! a luchar milicianos!

Letra:Andrés Eloy Blanco
Música: Inocente Carreño


Como mujer crítica, como ser humano dotado de raciocinio e inteligencia, he sido capaz de generar apreciaciones, a tal punto, que no me sorprende, pero no puedo dejar de manifestar, mi cavilación al releer mi renuncia pública a la estructura de Acción Democrática, fechada de acuerdo a mis archivos, hace más de 5 años.
Les invito a leerla y a ver, cómo he estado en desacuerdo desde siempre, con las imposiciones y las negociaciones que crucifican a nuestro pueblo, pero también a leer con claridad, mi fe irrestricta en las bases y en la ideología de una de las poquísimas estructuras partidistas de este país cuyos hombres y mujeres son la esperanza de una nación.
Jamás me avergonzaré de amar a Acción Democrática, su doctrina y convicciones, me avergüenzo de algunos de sus hombres, ciegos por la ambición, pero no me impedirá hoy ni nunca, seguir echando el resto por mi país. Allá quien le deba algo a su conciencia.
Días como hoy, escucho el Himno del partido y me estremezco, de su vigencia, de su certera apreciación, de su contenido, de su clara visión. Ojalá muchos de los que juran amar el país, pudieran tomarse un minuto y escucharlo y captar algo de éste y hacerlo democracia en acción...
Quizá mucha gente no me comprenda, me reconforto en comprenderme yo misma, en sentirme justa conmigo misma, en sentir que hago lo correcto. NO me callaré, NO me silenciaré, NO me doblegaré, pero tampoco dejaré que mis ideas, mis posiciones, mis convicciones, nos distancien de manera egoísta de la posibilidad de recuperar el equilibrio democrático en nuestro país.
Les pido con humildad a quienes tienen la responsabilidad de hacerlo, de captar los votos, de ser candidatos, que lean las líneas que les dirige un pueblo y no las ignoren.
Desde hoy, me sumo a la labor necesaria de trabajar incansablemente por lograr la victoria, no de 6 candidatos, NO, sino la victoria de Mérida sobre un gobierno anacrónico, vergonzoso, lamentable, que no se merece nuestro país, que no se merecen los merideños.
Pero no se equivoque ninguno, que nadie asuma jamás que avalo aquello que he criticado. Reivindico en estas líneas mi exigencia de que los merideños, el pueblo, en donde sea, se escuche y se respete. Nunca más debe permitirse que se ignoren estas voces. Se inicia hoy una doble batalla, una doble lucha. Recuérdenlo.
Para quienes se tomen la molestia de leer ese documento, escrito hace 5 años, cámbienle un nombre aquí y otro allá y analicen. A eso me refiero.
La meta está clara... y la alcanzaremos. !Adelante a luchar milicianos!....


Esta, es mi carta de renuncia pública a la militancia de AD hace 5 años o más...

Renuncio

***El 13 de septiembre de 1941 es una fecha gloriosa en los anales de Venezuela, porque en ese día comenzó a actuar públicamente el Partido Acción Democrática. Porque en ese día comenzó a actuar públicamente el Partido que inició la segunda independencia nacional, y contribuyó, decisivamente, al avance, prosperidad y dignificación de la República...
*** Esta situación —pintada con brochazos realistas, y hasta tétricos, porque nuestro Partido no viene a ponerse anteojos de suela, sino a ver la realidad nacional con ojos claros y limpios...
***Y nuestra posición, finalmente, ante el porvenir preñado de amenazas, ante la suerte del mundo que se está echando a metrallazos. Somos demócratas, creemos en las poderosas reservas de energías saludables que en todo pueblo se guardan, confiamos en el nuestro, especialmente, porque lo hemos contemplado de cerca y no ha defraudado nuestra complacencia en buen espectáculo de condición humana; repudiamos los regímenes dictatoriales de hombres, de partidos o de clases de propios o de extraños y, puesto que somos medularmente venezolanos, lucharemos por una Venezuela nuestra, totalmente nuestra, en el goce sin mengua de su riqueza, en la modalidad de su pensamiento, en la eficiencia de su acción, allanados que le sean —y nosotros en la obra, hombro a hombro con los más esforzados— los caminos por donde pueda llegar a sus realizaciones personales totales. (Extractos del discurso de Rómulo Betancourt, Discurso de Instalación de Acción Democrática, 1941)

Si hoy inicio estas líneas trayendo a colación alguna parte del discurso de Rómulo Betancourt cuando Acción Democrática inició su actividad pública, es porque fueron justamente sus palabras, sus conceptos, sus ideas, su criterio, la doctrina que impulsó y su adecuación a los tiempos de crisis que vive Venezuela, las que me llevaron a creer que Acción Democrática seguía siendo una alternativa para este país dominado por la tiranía y el ego de un ser como Hugo Chávez.
Cuando ha transcurrido más de un año desde el día de con fe y esperanzas decidí ingresar a las filas de Acción Democrática, cuando llamarse adeco solía ser un riesgo y el partido se encontraba en peligro de extinción tras la arremetida casi mortal del discurso chavista contra los 40 años de puntofijismo, debo expresar públicamente mi decisión de renunciar a la militancia política que hasta hoy día me unía a este glorioso partido. En aquel entonces no me desanimó el verbo descalificante de Chávez en contra de este partido, irónicamente hoy me decepciona la actuación de quienes han deshonrado este partido pese a haber contado con una valiosa segunda oportunidad.
Quiero aclarar antes que cualquier otra cosa, que mis razones para tal decisión, han sido producto de la interpretación que como mujer, ser humano, ser político, pero sobre todo, como venezolana, he hecho, del rol que Acción Democrática ha está llamado a desempeñar y que lamentablemente se ha visto minimizado en medio de una trifulca estéril encabezada por quienes en otrora secuestraron la esperanza de un pueblo.
Creí en Acción Democrática, jamás vi a este partido como una opción simplemente política, quise ver más allá, quise asumir que sus filas estaban plagadas de hombres y mujeres con suficiente voluntad como para iniciar una transformación social. Nada tenía que ver con la simplicidad de los votos y el ejercicio de un cargo público. A eso han reducido quienes conducen este partido a la otrora gloriosa Acción Democrática.
Hoy, cuando nuestro país se encuentra en medio de un trance de consecuencias catastróficas e inevitables, es imperdonable ver como nuevamente pretende imponerse el criterio cupular de quienes han vendido nuestra democracia a un miserable postor, todo a cambio de su supervivencia como especies prehistóricas. Es inadmisible.
Pero en este país de supuestos, de diplomacias cobardes y de discursos rebuscados, es hora de llamar las cosas por su nombre y apellido.
Me voy de AD porque si antes condené a quienes trataban de juzgarme por los errores pasados de este partido a pesar de mi novísima filiación política, señalándoles que nada debía por no haber sido partícipe de los errores del pasado, hoy, creo que es el momento de no hacerme cómplice de los desmanes del presente que serán juzgados en el futuro.
Me voy de AD porque no aceptaré que nadie jamás me reclame mi silencio ante una nueva negociación de Henry Ramos Allup y quienes genuflexos ante este mimético dictador, pretendan seguir sus pasos.
Me voy de AD porque no negocio mi conciencia, no negocio mis convicciones. En los momentos más duros de este trance político, he encontrado la mano amiga y sincera de muchos, algunos de la acera del frente, quienes han comprendido con claridad que las convicciones no se negocian.
Me voy de AD porque no puedo avalar lo que he criticado.
Insisto, las cosas deben llamarse por su nombre y apellido y así lo haré. Me voy de AD porque bajo ninguna circunstancia formaré parte de una seccional partidista donde su cabeza visible es un traidor, alguien que copió con fidelidad el patrón conductual del guía. No puedo avalar con mi presencia la firma de Lubín Díaz en la petición de renuncia de Rafael Marín como secretario general de AD, cuando Marín es producto de la elección de una base. No es con 21 firmas que pueden decidir a quien poner y a quien quitar, como no lo han podido hacer con Hugo Chávez en la presidencia, porque en la democracia las cosas no funcionan así. Tristemente, Lubín Díaz, quien hoy ostenta la Secretaría General de AD en Mérida, única seccional donde Ramos Allup no colocó a su candidato que para entonces era Eduardo Mora, porque la corriente interna de William Dávila arrasó con todo en este estado, llegó a ese puesto de la mano de William Dávila, con los votos de la fórmula willista, para después, en el momento en que Dávila Barrios necesitó su apoyo, darle la espalda y rendirse a los pies de Henry Ramos quien profesa un odio visceral por el ex gobernador. Lubín Díaz no apoyó a William Dávila en su momento porque simplemente le estorba en sus ilusas pretensiones de ser Gobernador de Mérida, fantasía alimentada por unos pocos y en abierta contraposición a la realidad. Lubín Díaz no cuenta con apoyo popular imprescindible para conducir Mérida algún día. Lamento Lubín, tener que decirte que tu ambición a destiempo está dañando profundamente al pueblo merideño porque será sobre tu conciencia donde recaiga la división y la fractura irreconciliable de los adecos de Mérida.
Henry Ramos una vez más usa a su antojo a quienes no acaban de comprender que este es un país que ha cambiado y donde la conciencia colectiva es el primer actor.
De nada servirá negociar con el gobierno, las facturas vendrán del pueblo más tarde que temprano.
No puede hablar de democracia y unidad quien no la profesa. Mídase, mida a sus acólitos en un proceso interno, haga lo que exige. Así como están pidiendo a Chávez que se cuente, sería bueno que diera el ejemplo antes de pretender pasarle por encima dedocráticamente a la voluntad popular. ¿Porqué no somete a referéndum por la base la salida de Rafael Marín?...¿a qué le teme?...
Para finalizar con estas líneas que espero hayan comprendido en su real esencia y no sean tergiversadas por intereses mezquinos, quiero dejar clara mi posición. Nunca necesité de un partido para tener una postura. Mi paso por Acción Democrática jamás será visto como un error, para mí siempre será un aprendizaje fructífero y haré votos para que algún día AD vuelva a serlo que fue, un partido glorioso. Hoy, mi decisión de abandonar sus filas y alejarme de quienes enlodan su nombre y sus doctrinas, me permite fortalecerme en la verdadera lucha democrática, en esa que no está sujeta a los intereses de terceros y a negociaciones oscuras y que se fundamenta justamente en la doctrina socialdemócrata que defenderé por siempre como herramienta de transformación cívica. Mi posición sigue siendo la misma:
Por una Venezuela libre y de los venezolanos.