sábado, 1 de agosto de 2009

¡Que la persecución te estremezca!

Tras analizar lo que se inicia con el cierre de 34 estaciones de radio que después de estar al servicio del pueblo, hoy estarán al servicio de la manipulación ideológica, del odio, del sectarismo y de todo lo nefasto que representa para la democracia de nuestro país el chavismo, no podemos menos que poner en práctica lo que mejor sabemos hacer.

Para los comunicadores sociales de este país, el llamado es a ser portavoces a través de cualquier vía, de cualquier medio, de cualquier circunstancia; de las realidades terribles que nos acosan, de la persecución sin cuartel a la que Hugo Chávez Frías está sometiendo a nuestra democracia, al pueblo, a los venezolanos.

Es hora de hacerle ver con claridad diáfana a los ciudadanos, que éste Gobierno no se cansa de emplear los artilugios legalistas en nombre de una revolución que lo único que busca es silenciarnos.

Pero no es suficiente la retórica y las extensas cuartillas de opinión en cualquier medio que aún se atreva a publicarlas, hace falta mucho más, hacen falta acciones, organización, reunirse con la gente, hacerles ver qué representan leyes como la Ley de Delitos Mediáticos o la decisión de darle matarile a los circuitos, no para nosotros los periodistas, sino para ellos, para los ciudadanos.

¿Qué representa para usted que me lee la Ley de Delitos Mediáticos?. Simple. Al sembrar en cada uno de los comunicadores sociales de este país el terror a terminar en un hueco mugriento de cualquier retén policial, del Cicpc o de la Disip, comenzará un proceso de autocensura que no le permitirá conocer la óptica de quienes nos formamos para el análisis de la conducta humana frente a los hechos que generan opinión pública y básicamente usted terminará pensando que está en “Alicia en el país de las maravillas”.

Eso ya sucede en las pantallas de VTV, sólo que no por temor, sino por el alcance de un bozal de arepa rojo rojito.

Y me detengo un segundo para dirigirme a los periodistas rojos rojitos, preguntándoles si realmente creen que esta sea la vía hacia el “periodismo necesario” que preconizan. Llegará el momento, con este punto de partida, que no habrá “periodismo necesario” porque ya no se dirá ni divulgará nada.

Entonces no quedará nada en pie.

Recuerden esos días difíciles que durante 5 años vivieron para titularse y que hoy pretenden aplicarles una técnica de olvido represor, para justificar lo injustificable, para hacerse creer a ustedes mismos que es correcto el obrar de quienes hoy pretenden silenciarnos a nosotros, los que pensamos distinto, pero que asumen que a ustedes ni siquiera es necesario callarlos, porque hace mucho dejaron de tener voz.

Para quienes decidamos no quedarnos callados, la opción será la misma, el silencio, pero por la vía del sometimiento, cuando nos apresen, cuando tengan que usar la fuerza para hacernos callar… Y créanme que nuestras voces sonarán mucho más fuerte.

Pero hay algo que particularmente me preocupa aún más que éste ataque en sí.

Es la apatía de quienes están viendo inertes como cierran sus emisoras, como les quitan no sólo el derecho a expresarse por esos medios, sino además, su entretenimiento, su diversión, la posibilidad de escoger si sintoniza o no esa estación.

¿Qué carajo les pasa?. ¿Acaso se entregaron ya?, ¿es que acaso ya les parece normal que éste Gobierno use la democracia como papel sanitario?.

Por el momento no puedo más que llamarlos a la reflexión y pedirles que se activen. ¿De qué manera?. Con su vecino, con su propia familia, sean multiplicadores de las ideas de democracia y libertad que no podemos dejarnos quitar.

Hablen con todo aquel que tenga dudas, no se enfrasque en discusiones estériles, explíquele porqué lo que está haciendo Chávez es un atentado contra sus libertades y derechos, hágale ver a través de sus propios ojos.

No esperemos que los demás hagan algo, hagamos nosotros mismos lo que podamos hacer.

Esta es mi manera de activar. Copia este artículo y envíaselo a toda tu lista de contactos.

¡Por la Venezuela que sueño!

Erika Polanco

Periodista